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El otro caso de abuso sexual que pesa sobre los miembros de «La Manada» y del que nadie habla

El 4 de octubre del año pasado, el juez que instruye el caso contra «La Manada» imputó a cuatro de los cinco procesados otro presunto abuso sexual a una joven de 21 años que habría sido cometido en mayo de 2016 en Pozoblanco

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Reproducción de una conversación de «Whatsapp» entre los miembros de «La Manada»

ABC

La decisión judicial por la supuesta violación grupal a una joven madrileña durante los sanfermines de 2016 por cinco jóvenes, que se hacían llamar « La Manada », se hará pública este jueves y llega casi cinco meses después de que el 28 de noviembre de 2017 el caso quedara visto para sentencia en la Audiencia de Navarra.

Este caso no es el único en el que los miembros de «La Manada» están involucrados. La investigación de lo acontecido durante los sanfermines hizo que se descubriesen las conversaciones de WhatsApp tras la « fiesta » de Torrecampo, a escasos kilómetros de Pozoblanco, en Córdoba. El 4 de octubre del año pasado, el juez que instruye el caso contra «La Manada» imputó a cuatro de los cinco procesados otro presunto abuso sexual a una joven de 21 años que habría sido cometido en mayo de 2016 en Pozoblanco.

Según el juez de Pamplona que remitió el caso al juzgado cordobés, resulta « indiciariamente acreditado » que uno de los acusados ofreció a la víctima acompañarla a su domicilio en un vehículo tras conocerla en las fiesta de Torrecampo (Córdoba), que se celebró en mayo de 2016.

Añade el juez que nada más entrar en el coche y tras sentarse en el asiento del copiloto, la víctima cayó «en un estado de profunda inconsciencia», mientras que otros miembros del grupo «le tocaban los pechos».

Al llegar a Pozoblanco, la joven se despertó « completamente desnuda en el asiento de atrás » y con el mono y las medias rotas, mientras que, tras negarse a practicarle una felación a uno de ellos, el supuesto agresor la golpeó «dos veces en la cara y otra en el brazo».

El auto judicial precisa que los presuntos tocamientos fueron grabados y se crearon dos archivos de vídeo , uno de los cuales fue compartido en un chat denominado «La Manada».

José Ángel P., uno de los miembros de «La Manada», grabó con el teléfono móvil del guardia civil, A.M.G.E., también del grupo, los supuestos tocamientos practicados en el vehículo . Se crearon dos archivos de vídeos, el segundo de los cuales fue difundido por el investigado José Ángel P. en el chat « Peligro ». El primero de los vídeos apareció en el grupo «La Manada» solo 22 minutos después de ser filmado. Lo llegaron a ver 21 personas, según el sumario del caso.

La razón para que estos jóvenes acudiesen en abril a la feria de Pozoblanco fue que el integrante de «La Manada» que es guardia civil se mudó al pueblo de Pozoblanco para realizar unas prácticas . Así, de darse los hechos por ciertos, semanas antes de la presunta violación múltiple convoca a sus amigos para una feria, y, tras una noche de juerga, pudieron cometer otro delito sexual a una joven.

«Qué le echásteis a la chavala, burundanga»

En el grupo llamado «Veranito» compartieron comentarios vergonzosos sobre lo ocurrido en la feria cordobesa. Ángel B.F. se encargó de preguntar por lo que le habían hecho a la joven de 21 años que después denunciaría un abuso sexual grupal. « Madre mía, qué le echásteis a la chavala, burundanga. Qué bueno ». Otro responde el 1 de mayo, a las 7.52 horas: «Está muerta o qué?».

Dentro de este laberinto de grupos, la supuesta utilización de esa sustancia, razona el magistrado en su auto antes de que se inicie el juicio, explicaría esa «reflexión» posterior en el chat «Veranito» por parte de A.B.F., quien participaba en el otro grupo, «Peligro», en el que también se compartió el segundo de los vídeos, « a la voluntad de llevar para el viaje a Pamplona burundanga ».

El juez instructor del caso en Pozoblanco sospecha que le habían administrado burundanga, sino por dejarla en el estado que describió la joven, « en inconsciencia repentina en el mismo momento de introducirse en el turismo ». La elucubración sobre que se usó burundanga para sedarla procede del mismo chat, en el que se alude a ella como «la bella durmiente».

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