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Los idus de marzo de Susana Díaz

La presidenta no va a precipitar su candidatura para no dar tiempo a los «conspiradores»

Susana Díaz, junto a Javier Fernández en el comité federal del PSOE de abril de 2016 Maya Balanya
Mayte Alcaraz

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Entre algunos dirigentes socialistas corre una especie: una encuesta que todo el mundo conoce pero nadie ha visto otorga, en unas futuras primarias, un apoyo a Pedro Sánchez de 51 puntos frente a los 25 que obtendría Susana Díaz y los 12 que cosecharía Patxi López. De ser cierta, el exlíder socialista volvería a ocupar el despacho de Ferraz antes del verano. Sin embargo, ese sondeo fantasma es solo una de las muchas armas con que los entornos de los ya aspirantes oficiales golpean la candidatura ignota de la presidenta andaluza.

Ignota todavía por algún tiempo, según aseguran fuentes cercanas a Susana Díaz. Porque la presidenta andaluza sabe que, frente al convencimiento de César de que su gloria requería de que fuera asesinado, ella no acudirá a su cita con los idus de marzo hasta que el camino esté despejado de los conspiradores de Shakespeare. Los «Bruto» que acechan a la lideresa andaluza solo aguardan a que su ambición y la prisa la arrastren al precipicio. Y en Sevilla saben que el apuñalamiento político tiene muchos padres, dispuestos a matar con el mismo arma a Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, a los que se culpa de haber sentado de nuevo en Moncloa al «Augusto» Rajoy.

Todos tienen prisa

Despejada la incógnita del rumbo que tomará la otra formación de izquierdas, Podemos, radicalizada tras su último Congreso ; y resuelto sin estridencias el cónclave del PP, los equilibrios en los que se basa la estabilidad en España penden de un hilo que manejará el futuro líder del PSOE. Todo el mundo parece tener prisa por resolver el enigma socialista: Rajoy, para saber si su actual empatía con Javier Fernández saltará por los aires si vuelve Sánchez y con él, probablemente la legislatura; Pablo Iglesias, para definir su estrategia de aniquilación del rival; y los dos candidatos, Sánchez y López, para ponerle cara al enemigo o enemiga común.

Sin embargo, en el entorno de Díaz tienen claro que « la presidenta maneja sus tiempos y nadie le va a dictar lo que tiene que hacer, en un sentido o en otro». Es decir, el paso al frente del exlendakari y el anunciado segundo intento de Sánchez no van a conseguir anticipar su decisión. En su entorno no desvelan si su apuesta será o no presentarse pero sea lo que finalmente determine, va a cumplir con su calendario. Milimétricamente. Los socialistas en Ferraz ya hablan de «los idus de marzo» de Susana. Sin embargo, sus colaboradores ni siquiera confirman esta hipótesis. Y corrigen: los idus eran días de buenos augurios no solo en marzo sino en otros meses del año.

Desde luego, lo que descartan es que esa puesta de largo como candidata se vaya a hacer el 4 de marzo. Según esas fuentes, la presidenta « no va a contaminar la fiesta de Andalucía , que se celebrará cuatro días después de la onomástica del 28 de febrero, con un anuncio político que nada tiene que ver con el día grande de los andaluces». De esta forma, la presidenta va a mantener su discurso de que se halla centrada en Andalucía sin dar motivos a su oposición, encabezada por el popular Juan Manuel Moreno, para que denuncie que tiene la vista puesta en Madrid, desatendiendo sus obligaciones públicas. Tanto es así que su estrategia pasa por medirse cada vez que puede con el presidente del Gobierno desde San Telmo con cuestiones polémicas como la reducción de jornada de los funcionarios.

Otra de las opciones es que la responsable andaluza espere a que se convoque el Congreso de su partido en un comité federal de abril para dar el paso, toda vez que ya ha anunciado a bombo y platillo que « tengo ganas, tengo ánimo, tengo fuerzas, me encanta ganar », en una insinuación sobre sus opciones durante un multitudinario acto ante mil alcaldes socialistas convocados por el regidor de Vigo, Abel Caballero. Ya ha visitado tres provincias de Castilla y León y según su portavoz, tiene invitaciones para participar en actos en «casi todos los territorios». Mientras tanto, en la candidatura de Patxi López cunde la convicción de que se ha podido equivocar adelantando con tanta antelación sus planes, lo que le situará, probablemente, en una guerra abierta con quien fuera su amigo Pedro Sánchez, que podría recoger el voto útil de la militancia que no está con Susana Díaz. Pero para ello, los senadores que aguardan a César tendrán que esperar a los idus de marzo.

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